martes, 4 de septiembre de 2007

¿Hacia dónde vamos?

Nadie más que los periodistas sienten cantidades industriales de pánico, porque la Internet nos dejó en la incertidumbre. Ya sabemos que los lectores nos ponen menos atención y todos se preguntan si desaparecerán los periódicos impresos, pero creo que más que desastre; la red viene a ser una de las maravillas del mundo.

Por qué? Porque ahora podemos darle al ser humano la capacidad de crear, de escoger. Y sí, aunque a muchos no les guste, creo que el periodismo por su función social debe estar a la vanguardia tecnológica y cibercultural.
"La atención de los lectores es un bien escaso", es un artículo publicado por el diario La Nación de Argentina donde el investigador Luis Albornoz habla sobre su libro "Periodismo digital, los grandes diarios en la Red". El autor centró su atención en cómo la industria cultural ha modificado la "dieta informativa", porque todos los entes pelean por la atención del público, pero que la mejor forma de afrontarlo es insertándose en la noticia multimedia.

Coincido con el teórico y aunque muchos de los experimentos periodísticos no han dado mucha eficacia, somos pioneros y se nos perdona un poco el aprender en la marcha...Al menos con nuestro errores en un poco tiempo nuevos investigadores podrán basar sus teorías sobre comunicación. Sin embargo, me niego a pensar que el periodismo, por la necesidad del lector de la información enlatada, tenga que darle sólo esto o que todos quieran noticias de 600 caracteres... Mi punto es que la Internet nos brinda la posibilidad de abordar temas con distintos recursos, pero esto no indica que los reportajes, las noticias de análisis, la interpretación deba dejarse literalmente en el papel.

El futuro que nos acosa, ensayo
de conmemoración del XX aniversario de la fundación del periódico costarricense Al Dia, es un pincelazo sobra la necesidad del actual comunicador de seguir criticando, presentado las necesidades humanas, después de todo para eso trabajamos: para mejorar la calidad de vida de las personas, no para brindarles datos que en nada les importe, que en nada les ayude o en el peor de los casos que ni siquiera recuerde que leyó. Los lectores merecen respeto. Somos seres humanos antes que periodistas, pero sí seguimos regalando info-light algún día ya no seremos necesarios... y una máquina podrá hacer el trabajo por nosotros.

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